El concepto de la reencarnación en la Biblia
Génesis 28: La Escala de Jacob.
Desde el libro de Génesis, que cubre el tiempo de los patriarcas, viene contenido el concepto de la reencarnación, del
continuo ir y venir de los espíritus (ángeles de Dios) entre el valle espiritual y la tierra. Jacob, hijo de Isaac
y nieto de Abraham fuen quien tuvo un sueño donde se entrega al hombre esta revelación. Algunos creen equivocadamente que
este pasaje se refiere sencillamente a la potestad divina de enviar mensajeros para comunicarse con los hombres, pero si ésto
fuera así, el orden sería al revés: primero descenderían y luego subirían. Al especificarse que los espíritus primero suben
y luego vuelven a descender, implica algo mucho más profundo; la muerte (subir) y la reencarnación (descender).
Y soñó: y he aquí una escalera
que estaba apoyada en la tierra,
y su extremo tocaba en el cielo;
y he aquí ángeles de Dios
que subían
y descendían por ella.
Génesis 28:12
El Libro de Job
Los libros sapienciales y proféticos de la Biblia están escritos en un lenguaje alegórico,
con el uso abundante de metáforas (metáfora=empleo de una
palabra con un sentido diferente al suyo y que identifican dos objetos distintos que guardan una relación de semejanza). Así, en el Libro de Job vemos la alegoría del árbol cortado (muerto) que es renovado, y que
el escritor bíblico usa para cuestionarse si ésto mismo no sucederá con el hombre. Nótese que cuando menciona "como planta
nueva", la alegoría es mucho más cercana al concepto de reencarnación (en un cuerpo nuevo) que la resurrección como muchos
la entienden (en el mismo cuerpo).
Porque si el árbol fuere cortado,
aún queda de él esperanza;
Retoñará aún, y sus renuevos no
faltarán.
Si se envejeciere en la tierra su
raíz,
y su tronco fuere muerto en el polvo,
al percibir el agua reverdecerá
y hará copa como planta nueva.
Job 14:7-9
Si el hombre muriere, ¿volverá a
vivir?
Todos los días de mi edad esperaré
hasta que venga mi liberación.
Entonces llamarás y yo te responderé;
tendrás afecto a lo que hiciste con
tus
manos.
Job 14:14,15
El Libro de Salmos
Este libro atribuido a David, rey de Israel, contiene ciertos pasajes que se refieren a la
vida después de la muerte y a la esperanza de que ésta sea derrotada. La numeración de los salmos corresponde a la versión
bíblica de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera; las biblias católicas difieren en numeración aunque los textos son similares.
Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás
que tu santo vea corrupción.
Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia
hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra
para siempre.
Salmo 16:10,11
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del
Seol;
Me diste vida, para que no descendiese a la
sepultura.
Salmo 30:3,4
A ti, oh Jehová, clamaré, y al Señor
suplicaré.
¿Qué provecho hay en mi muerte cuando
descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo?
¿Anunciará tu verdad?
Salmo
30:8
He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
sobre los que que esperan en su misericordia,
para librar sus almas de la muerte,
y para darles vida en tiempo de hambre.
Salmo 33:18,19
Pero Dios redimirá mi vida del poder
del Seol,
porque él me tomará consigo.
Salmo
49:15
Mas en este siguiente pasaje, el rey-profeta
va más allá de la esperanza en una vida después de la muerte. Al referirse a un espíritu renovado, concuerda con Job 14:7-9
y con Job 14:14,15 y claramente habla de la reencarnación.del espíritu.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de delante de tí,
y no quites de mí tu santo Espíritu,
Vuélveme el gozo de tu salvación,
y espíritu noble me sustente.
Salmo 51:10,12
Más adelante, el salmista le pregunta a Dios
si podrá dar éste vida de nuevo.
Así no nos apartaremos de ti; vida nos darás,
e invocaremos tu nombre.
!Oh Jehová.
Dios de los ejércitos, restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Salmo 80:18,19
¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo
se regocije en ti?
Muéstranos,
oh Jehová, tu misericordia,
y danos
tu salvación.
Salmo 85:6,7
El uso de la noción del cuerpo humano como
vestimenta del espíritu se encuentra claramente en la siguiente metáfora:
Y todos ellos como una vestidura
se envejecerán;
Como un vestido los mudarás
y serán mudados
Salmo 102:26
En el siguiente versículo, la referencia al
valle espiritual en tinieblas es muy clara y aquí habría que concordarlo con 1 Pedro 3:18 al 20, donde se habla de lo mismo,
aunque David habla aquí de la reencarnación en el pasado.
Algunos moraban en tinieblas y sombra
de muerte,
aprisionados en aflicción y en hierros.
Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte,
y rompió sus prisiones.
Salmo 107:10,14
El Libro de Eclesiastés
En la siguiente alegoría que se encuentra a través de diversos versículos del Libro de Eclesiastés,
también llamado El Predicador y cuya autoría se le atribuye al rey Salomón, hijo de David, se puede descubrir una clara referencia
a la continua reencarnación de los espíritus, al incesante ir y venir de la vida humana. Incluso se refiere al velo que hace
que no recordemos vidas anteriores. Y una vez más, se refiere a la reencarnación llamándole restauración.
Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena;
al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven
para correr de nuevo.
¿Qeé es lo que fué? Lo mismo que será.
¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo
que se hará;
y nada hay nuevo debajo del sol.
¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo?
Ya fue en los siglos que nos han precedido.
No hay memoria de lo que precedió,
ni tampoco de lo que sucederá habrá
memoria
en los que serán después.
Eclesiastés 1:7,9,11
Aquello que fué, ya es; y lo que ha de ser, fue ya;
y Dios restaura lo que pasó.
Eclesiastés 3:15
El Libro de Isaías
Este libro, el cual para algunos teólogos es realmente obra de dos o quizás tres diferentes
escritores escribiendo en diferentes épocas, contiene conceptos muy profundos acerca de la vida, la muerte...y la reencarnación.
La primera referencia habla de que la muerte es evitable.
Destruirá a la muerte para siempre;
y enjugará Jehová el Señor toda lágrima
de todos los rostros; y quitará la afrenta
de su pueblo de toda la tierra;
porque Jehová lo ha dicho.
Isaías 25:8
Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán.
!Despertad y cantad, moradores del polvo!
porque tu rocío es cual rocío de hortalizas,
y la tierra dará sus muertos.
Isaías 26:19
El versículo que sigue pone muy en claro que
la muerte no es creación divina sino humana; lo interesante es que niega la inexorabilidad de la muerte.
Y será anulado vuestro pacto con la muerte,
y vuestro convenio con el Seol no será firme;
cuando pase el turbión del azote,
seréis de él pisoteados.
Isaías 28:18
Después, el escritor bíblico aclara que la
"resurrección" será a través del nacimiento, cosa que Jesús reafirma en Juan 3.
Yo que
hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová.
Yo que hago engendrar, ¿impediré el
nacimiento? dice tu Dios...
...Y
veréis, y se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos reverdecerán como la hierba;
y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida,
y se enojará contra sus enemigos.
Isaías
66:,9,14
El Libro de Jeremías
Este libro que unos atribuyen a Baruc, el escriba y otros al mismo Jeremías -de quien trata
el libro- contiene el concepto básico, la razón fundamental de la ley de reencarnación espiritual: el perfeccionamiento del
espíritu. A través del uso de la metáfora de la vasija del alfarero, que representa las vidas humanas, se nos dice que éstas
serán tantas como sean necesarias para lograr su objetivo: contener el espíritu en su jornada hacia la perfección.
Palabra de Jehová que vino a Jeremías,
diciendo:
Levántate y vete a casa del alfarero,
y allí te haré oir mis palabras.
Y descendí a casa del alfarero,
y he aquí que él trabajaba sobre la
rueda.
Y la vasija de barro que él hacía se echó
a perder en su mano; y volvío y la
hizo otra vasija,
según le parecío mejor hacerla.
Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
¿No podré yo hacer de vosotros como
este
alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová.
He aquí que como
el barro en la mano del alfarero,
así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.
Jeremías
18:1,6
Y el versículo siguiente es contundente para
aquellos que dudan del poder divino, capaz de dotar de múltiples vestiduras al espíritu.
He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne;
¿habrá algo que sea dificíl para mí?
Jeremías 32:27
He aquí que como el barro
en la mano del alfarero,
así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.
Jeremías
18:1,6
Y el versículo siguiente es contundente para
aquellos que dudan del poder divino, capaz de dotar de múltiples vestiduras al espíritu.
He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne;
¿habrá algo que sea dificíl para mí?
Jeremías 32:27
El Libro de las Lamentaciones
En esta continuación de las ideas anteriores, el escritor destruye la idea de la condenación
eterna, obstáculo, según algunos, para que sea posible la reencarnación.
Porque el Señor no desecha para siempre;
Lamentaciones 3:31
Y al igual que en Eclesiastés, la idea de
la renovación parece ser contínua y cíclica.
Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos
volveremos;
renueva nuestros días como al principio.
Lamentaciones 5:21
El Libro de Ezequiel
Este libro profético que ha sido objeto de detallados estudios y análisis por muchas razones,
contiene detallados los elementos que son necesarias para la reencarnación del espíritu. Es importante hacer notar que, hasta
Aristóteles, los antiguos creían que las funciones mentales se efectuaban en el corazón; el conocimiento de que éstas se llevan
a cabo en el cerebro es relativamente moderna. Por ello, cuando el profeta se refiere al corazón, de lo que está realmente
hablando es de la mente. Así vemos que al darse una nueva vida, viene con ella no sólo un nuevo espíritu sino una nueva mente.
Esto va a ser de capital importancia cuando se analicen los pasajes acerca de la reencarnación de Elías en Juan el Bautista
que viene descrita en el Nuevo Evangelio.
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré
dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra
de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne.
Ezequiel 11:19
Echad de vosotros todas vuestras transgresiones
con que habéis pecado, y haceos un corazón
nuevo y un espíritu nuevo.
¿Por
qué moriréis, casa de Israel?.
Una vez más, vemos que la muerte del hombre
no es creación divina.
Porque no quiero la muerte del que muere,
dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.
Ezequiel 18:31,32
Os daré un corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo
dentro de vosotros; y quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré
que andéis en mis estatutos, y guardéis mis
preceptos, y los pongáis por obra.
Ezequiel 36: 26,27
A continuación, viene transcrito el pasaje
del valle de los huesos secos, el que ha sido tomado por algunos teólogos en su sentido más literal. La clave del asunto está
en la expresión "huesos secos", la cual se repite para no dejar duda de lo que se quiso significar con ello: el polvo de la
tierra. Cuando el profeta, siguiendo las órdenes de Dios, le habla a los "huesos secos" les dice precisamente que de ahí brotará
de nuevo la carne para finalmente, ser dotada de espíritu; los antiguos ignoraban lo que ahora conocemos como "la cadena de
la vida", expresión moderna que describe el ciclo de recuperación de la materia orgánica para dar vida a nueva vida material.
Nada se desperdicia y todo, finalmente, vuelve a la vida; la materia a la materia, y el espíritu a animar cuerpos.
La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó
en el Espíritu de Jehová, y me puso
en medio de
un valle que estaba lleno de huesos.
Y me hizo pasar cerca de
ellos por todo en derredor;
y he aquí que eran muchísimos sobra la faz del campo,
y por cierto secos en gran manera.
Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?
Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes
Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles:
Huesos secos, oíd palabra de Jehová.
Así ha dicho Jehová el Señor a estos
huesos:
He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros y viviréis.
Y pondré tendones sobre vosotros,
y haré subir sobre vosotros carne,
y os cubriré de piel, y pondré en
vosotros espíritu,
y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.
Profeticé, pues, como me fue mandado;
y hubo un ruido mientras yo profetizaba,
y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron
cada hueso con su hueso.
Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió,
y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había
en ellos
espíritu.
Y me dijo: Profetiza al espíritu,
profetiza, hijo de hombre,
y dí al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor:
Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos
muertos, y vivirán.
Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos,
y vivieron, y estuvieron sobre sus
pies; un ejército grande
en extremo. Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos
son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros
huesos
se secaron, y pareció nuestra esperanza, y somos
del todo destruídos.
Por tanto, profetiza y diles: Así ha dicho Jehová el Señor:
He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío,
y os haré subir de vuestras sepulturas,
y os traeré a la tierra de Israel.
Y sabréis que yo soy Jehová, cuando
abra vuestros sepulcros,
y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío.
Y pondré mi Espíritu en vosotros,
y viviréis y
os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que
yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.
Ezequiel 37:1,14
El Libro de Daniel
Este libro, incompleto en las versiones no católicas -en el canon católico se incluye el Libro
II de Daniel- contiene la profecía del regreso de Daniel al final de los tiempos.
Y tú irás hasta el fin, y reposarás,
y te levantarás
para recibir tu heredad al fin de los días.
Daniel 12:13
El Libro de Oseas
En Oseas viene reafirmado el concepto de que Dios es enemigo de la muerte. Esto lo toma Pablo
más adelante.
De la mano del Seol los redimiré, los libraré de
la muerte.
Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción,
Oh Seol; la compasión será escondida de mi vista.
Oseas 13:14
El Libro de Amós
En esta profecía, se encuentra la contundente afirmación de que tanto los espíritus confundidos
-los de abajo, en el Seol, el "infierno" hebreo- como los espíritus de los obedientes -los que subieron al valle espiritual-
están sujetos a la ley de reencarnación del espíritu.
Aunque cavasen hasta el Seol, de allá
los tomará mi mano;
y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.
Amos 9:2
El Libro de Jonás
Una vez más encontramos en este libro el concepto del regreso a la vida. Nótese cómo el significado
simbólico de "para siempre", al ser refutado en su forma literal en la línea siguiente, echa por tierra muchas interpretaciones
que basan la creencia de un castigo eterno en incorrectas lecturas de los textos bíblicos.
Y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó;
Desde el seno de Seol clamé, Y mi
voz oíste.
Descendí a los cimientos de los montes;
La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre;
Mas Tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.
Jonás 2:2,6